viernes, 15 de noviembre de 2013

Venezuela vive hoy un momento duro pero decisivo.



Este es….el “mesmo “muñeco…….

Este hombre que ya no puede consigo mismo.  A mí  cuando me dicen "hay que salir de esto como sea", yo , desde el difunto, he rebatido ese "como sea".
Porque eso es esto que vemos, esto que vivimos, esto que no queremos, esto que es el desastre y el caos. Es el “como sea”   

Esto que es lo que no se puede contener ni ignorar. Y es lo que esta banda forajida induce. 

Es  la irresponsabilidad de un provocador sin escrúpulos que se tambalea en una lancha que hace agua en un mar de tiburones. Porque esa es la realidad de este   atormentado  Maduro. 

Por un lado, los Castro  que  tampoco saben que hacer ya porque hay algo que no acaban de aceptar: no conocen al venezolano. Por otro, los Diosdados que mueven las colas  para mantener  su espacio, por otro, las mismas  “ bandas” que una vez fueron útiles y ya actúan libremente, y por otro,  más de la mitad de un País que no ha  abandonado la  lucha. Esto se le fue de las manos a un hombre que nunca tuvo al País.  Que ha pretendido sin lograrlo, capitalizar el   fervor  personalista  para convencer al ignorante y al  necesitado que es el  “hijo” de un  padre que nunca fue y que no nombra al que realmente es porque sobre él  pesa la condena de un pueblo sumido en el mayor engaño histórico jamás concebido.

Venezuela vive hoy un momento duro pero decisivo.

Los que enfrentaron a aquellos otros que  saqueaban  y hoy saquean también las farmacias que  a duras penas sirven a quien las necesitan, se juegan la vida y  advierten del resultado tenebroso. El despotismo  busca pescar en aguas revueltas. Y no podemos  ser indiferentes  ni  bajar las fuerzas

De nuestra resistencia depende nuestro destino. Y nuestra vida de Nación.

Los que  responden con violencia aceptando  la incitación irresponsable y perversa saben que ellos también serán víctimas de otros que  tampoco   obedecen razón o leyes. En el desenfreno y la agresión sólo sangre y lágrimas  vivirán nuestros hogares y calles. El mundo entero ve lo que nos pasa. Sabe quiénes lo permiten y planifican y ven para otro lado   porque el delito, porque lo es, es tan espantoso, que no encuentran como defenderse del  hecho mismo de su indiferencia.

¡Qué vergüenza para los pueblos de líderes ciegos y serviles  que en complicidad canalla dejan pasar la oportunidad de ejemplarizar sus generaciones en la nobleza y la verdad!

Pero no hay tiempo ya de lamentarse. Es verdad como dice Carmencita  Ramia que provoca vomitar.  Como escribe hoy esa periodista  certera que es Charito Rojas. Carlos Flores, el 99, no puede sorprendernos. ”Están dejando los anaqueles  vacíos”. La diputada Aranguren,  tampoco. 

Esta es la Venezuela del deshonor y la cobardía. 

Pero  este hombre al que el poder  usurpado hincha ya en protuberante “abdomen”,  es el muñeco que le regalaron, manejado por  hilos de ambición y miedo.

Quince años son muy largos para sufrir. Pero muy cortos para hacer historia. No son nada en  la vida de una Nación. No nos hemos muerto los que vivimos la Democracia. Los que con el pueblo salieron a la calle a sacar a Pérez Jiménez no se han muerto, aunque algunos  parecen estarlo. Pero ese pueblo, que trasciende a los “muñecos” del poder, está vivo, palpitante.   Sabe que más allá de  un voto, está el País. 

¡Y tiene que jugarse en salvarlo, la vida misma!

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ISA DOBLES