viernes, 30 de agosto de 2013

Dos realidades llamadas Venezuela



El avión tras la “pareja” dice VENEZUELA. La de ellos. Porque la de nosotros aterrorizados por la inseguridad, por los militares asesinando aquí y allá, por el  alto costo de la vida, por la escasez y la falta de medicinas, por la corrupción y el odio, no viaja en ese avión....
Por qué nosotros no salimos a la calle, constitucional y democráticamente convocando, y exigimos que Maduro acabe de decir la verdad sobre su bendita nacionalidad? Nada es más  contundente que la presencia legítima de la gente en la calle....y nada le resulta más  provocador a la torpeza de este gobierno, el difunto incluido. Al Madurón que  hoy visita Surinam con la “primera comatiente”  para una reunión del Unasur, o sea, un encuentro entre “ lacayos” que le permite seguir ostentando el poder que envilece. El  sabe cómo moverse en la ilegitimidad pórque lo rodean círculos de hombres armados, corruptos y aves de rapiña   que lo que conocen es eso, la rapiña, y porque la madeja de la corrupción y la legión cubana mantiene por el momento bien  pagadas las  comisiones   y bien vivos los convenios. Las informaciones suministradas por el diputado historiador Walter Márquez son  específicas. Lo de la  partida de defunción de la madre deja poco margen de duda. Márquez sabe lo que afirma y además tiene contactos  que siguen removiendo  el infeliz montaje que tiene que aclararse porque ese nudo escabroso y corrupto tiene una punta que comenzará sola a aflojarse y lo que falta es ponerle rostro a la Venezuela sobresaturada de engaños, humillaciones y atropellos. Hemos llenado las calles por mucho menos de lo que desde que asumiera este cartel indecente y mentiroso nos han hecho, y no descansan fraguando la próxima cuchillada. Venezuela es hoy un País sin ley gobernado por farsantes. No podemos alimentar la dormida esperanza  con la esperanza  de un milagro, de una orden divina que  vaya limpiando de canallas el obscuro futuro mientras una democracia en desventaja les permite seguir cercenando    reputaciones y sueños. Con la mentira de “Patria Segura” seguimos contando cadáveres, y lo que es peor, venezolanos asesinados por militares entrenados para odiar, para acabar con  nosotros como objetivos. Ellos están expuestos aunque  pedanteen de un poder viscoso de testaferros y  asesinos. Tienen miedo  que salgamos de este mansa aceptación de un destino que  se vive ya como maldición. Cuesta mucho soportar esta Venezuela cruel desvergonzada y  contaminada de odio y venganza. Pero tan cierto e implacable como es el horror  con que vivimos, es que todavía el miedo no ha resuelto nada que el valor no resuelva primero.


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ISA DOBLES