viernes, 24 de mayo de 2013

Luis “Mono” Zuloaga. ¡Uno de los grandes en la historia del beisbol!



Luis “Mono” Zuloaga:  a los 90, se fue llevándose  sus “curvas endemoniadas”.

¡Yo  gozaba un “puyero” viéndolo  pitchear!

Tuve la inmensa suerte de entrar en la pasión por el beisbol encandilada con  aquella figura  extraña,  que desde el montículo   ofrecía aquella inquieta  y singular personalidad convertida en   candente castigo a los bateadores. Si anunciaban o se sospechaba que  “el Mono”   era el pitcher señalado, mi padre nos llamaba excitadísimo a mi hermana y a mi desde donde se enteraba: “ las recojo. Va a pitchar el “Mono”. Nos marcó. Si algún lugar nos era familiar era el  Stadium de San Agustín.

Y el “Mono”  fue  motor de esa pasión que se instalaba en nuestras vidas. La gente decía que era antipático, hosco. Despues, cuando vividas todas las emociones, brincar con   cada bola que arrancaba el “striiiiike” del umpire principal, aplaudirlo  casi llorando, en una de esas oportunidades que ya en los medios me ofrecían los Criiollitos, lo entrevisté. Nos aislamos en las gradas   y allí, frente a aquella figura que  era un gigante en mi memoria adolescente,  tuve que contenerme en  un sentimiento  incontenible de agradecimiento, de inmenso respeto. Habían pasado los años que  recortaban la distancia  entre los dos. Pregunté dándome tiempo:
“¡Qué significa  para ti estar aquí con un equipo infantil después de   ser tan importante  en el beisbol venezolano”?
“Esto es lo más importante.-contestó enredado,  entre risa y  moviéndose en la grada de un lado a otro, como si no supiera si quedarse o irse corriendo donde los muchachos se alineaban.  Y de repente, se quedó quieto, me miró fijo y sonriente y me preguntó:
¿“ Tú quieres que yo te cuente?”. Y se soltó. Habló del Cervecería y  sus compañeros. Se extendió en Julio Bracho. Así, a medio entender, porque no era fácil entenderlo todo. “Tú eres electrizante”.- le dije en un momento. “Era”.-  aclaró. Caminamos de regreso.

Yo no  escuche la entrevista hasta oírla en el programa. Me quedé esos dos días con   esa emoción personal de estar con mi ídolo, cerca de su historia, reviviendo sin estridencias aquellas jornadas que   él sustentaba con la magia de su  brazo desafiante. Una vez me cansé de contar strikes! ¡Diez ponches!
¿“Por qué te dicen “Mono”? ¡“Bueno, por buenmozo no es”!

Luis...Luis “Mono” Zuloaga.  Zurdo. Uno de los grandes en la historia del beisbol!

¿Gracias una y otra vez!

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