¿Podrá más la ignorancia?

El triunfo obtenido en la UCV por las fuerzas democráticas es una realidad que confirma la esperanza. No sólo la cantidad de estudiantes votantes, sino el rechazo que eso demuestra a la impunidad y el vandalismo resultan un aliento para esta Venezuela que se enfrenta a ello sin temor, porque hay que aplaudir y reconocer esa actitud desafiante con que rebatieron la agresión armada. Y es que alguno tiene atreverse a ponerle “cascabeles al gato” aunque debía cambiarse por “lobo”. Mientras, el “Chacal” después de recibir su condena, pide a Hugo Chávez que su apoyo sea más eficaz que moral o político. Y uno se pregunta: ¿es que acaso el “moral” que resulta lo más inmoral del mundo ante una figura con esta trayectoria la considera poca viniendo de Chávez? ¿Qué quiere “el Chacal”? Pasó el romanticismo de un actor venezolano encarnando una película y la realidad es esta de hoy. Hay muchas víctimas que no volverán a ver a sus seres queridos tras este hombre. ¿Y cómo espera que Chávez lo ayude? ¿Atacando Francia…..? ¿Sería posible que algún juez francés se dejara comprar con la chequera de “Mr. Petróleo” para cambiar esta decisión que implacable lo obliga a 18 años inmovibles, ineludibles? ¿Qué será lo que quiere “el Chacal”? En estos momentos Chávez difícilmente y a pesar de la ventajosa diferencia entre el barril de petróleo real y el del presupuesto no puede ocuparse de él más que “inmoralmente”
Porque hasta “políticamente” no le conviene, se ha sacudido a las FARC pero uno sabe con quién está. Hoy tiene una deuda externa exorbitante que sigue aumentando para dejar al próximo gobierno ese horror y tiene que responder por votos y conciencias a los discapacitados, niñas embarazadas, viejitos, refugiados, neveras, carros, casas…¡Un realero! Ante esa respuesta está Venezuela. ¿Comparará este hombre su conciencia? ¿Podrá más la ignorancia? ¿La corrupción? El militarismo que acecha? O se salvará ella misma de este desastre? Ya se acerca el 2012…está a días…Es el primer diciembre que luce tranquilo en “la dulce espera” de un nuevo amanecer. ¿Qué puede estremecerlo?...Sólo Dios lo sabe.